13 nov 2007

Como Ud. diga Sr. Ordinario, nomás luego no chille...


""Tuve yo la culpa, lloraba, y era verdad, no se podía negar, Pero también es cierto, si eso le sirve de consuelo, que si antes de cada acción pudiésemos prever todas sus consecuencias, nos pusiésemos a pensar en ellas seriamente, primero en las consecuencias inmediatas, después, las probables, más tarde las posibles, luego las imaginables, no llegaríamos siquiera a movernos de donde el primer pensamiento nos hubiera hecho detenernos. Los buenos y los malos resultados de nuestros dichos y obras se van distribuyendo, se supone que de forma bastante equilibrada y uniforme, por todos los días del futuro, incluyendo aquellos, infinitos, en los que ya no estaremos aquí para poder comprobarlo, para congratularnos o para pedir perdón, hay quien dice que eso es la inmortalidad de la que tanto se habla…""
José Saramago. Fragmento de: Ensayo sobre la ceguera”

Pantalones caqui que no me gustaban mucho por el corte (medio se acampanaban), zapatos cafés, una camisa verde militar que tampoco era de mi entero gusto y mi reloj metálico con la carátula blanca, era mi atuendo de la peor de las noches vividas por mí hasta hoy. Bien peinado y perfumado y con muchas ganas de salir sin novia, busqué a los Tres Traumados (que en ese momento todavía no eran)... Pasamos por tí, dijo el niñote.

El destino: Un antro, el "Metro". Nos encontramos amigos acompañados de otros que no lo eran tanto y pedimos brandy con coca cola (nomás de pensar me dan escalofrios, cómo fuimos capaces de tomar eso por tanto tiempo!?). Después de la primera botella todo era felicidad. Ahí estaba el Ordinario parado a media pista de baile, volteando a todos lados con su mejor intento de gesto seductor, tratando de que algo cayera o si quiera ¡me saludaran! Me daba cuenta por fin, cómo ese año y medio con tal estilo de novia, me habían obligado a relegarme y por lo tanto a descancharme; son de esas cosas que uno razona y enfrenta de porrazo cuando termina una relación, nunca las piensas o prevés, no hay tiempo de preparate, nada más cuando tu realidad cambia lo percibes y hace que te tiemblen las piernas, a veces de emoción, a veces de miedo.

El Oscuro, otro de los ahora traumados, tenía algo qué decirme. En ese tiempo no lo conocía tanto como ahora, pero era obvio que algo sucedía y era cuestión de tiempo o de copas para que se pusiera sincero, o tal vez intrigoso. Así fue, comenzó cuestionando mi relación con la Que Colgó el Tacón y yo le contesté, era definitivo, ya había decidido seguir de paso sin voltear al retrovisor (tal vez mentía). Con la confianza que adquirió, dada mi actuada convicción, el Oscuro, buen amigo aunque con tantos defectos que a ojos de la mayoría adulteran su calidad como tal, me dijo un dato que me cimbró más que el brandy (otra vez me dio asco): Fulano me ha dicho varias veces que aquella te ponía el cuerno con Sutano...

Una guerra de neuronas ordinarias contra las no tanto, comenzó tras la recepción del chisme:

-Sutano...sutano...sutano... me suena este cabrón,
Contrólate, no seas incoherente con tu valemadrismo apenas expresado,
-No, no voy a poder putamadre!,
Sí puedes, de todos modos ya lo decidiste,
-No, no, no, ¡no puedo! ¡no mames!
El Oscuro no tiene la culpa,
-¡Cómo reatas no?!...

¿Desde cuándo sabes eso? le pregunté gritando y seguramente con el rostro desencajado... Pues no me acuerdo, pero a la chingada, ya que te valga madre...

Las neuronas seguían con su desmadrito:

-¡Sutano! Putito de mierda, ya se me hacía mucha amistad! En la última revisión de su celular había llamadas de él, es cierto entonces, lo mato al puto,
Pero tal vez no, desde que la conociste era su amigo,
-¡Con mayor razón! ¡Hija de puta! ...


Tomé el celular y le llamé a gritarle lo que mis neuronas ordinarias me dictaban, pensé que con eso me desahogaría pero no. Volví a la mesa, desde ese momento las cosas ya empezaban a ser en cámara lenta, cuadro por cuadro, nunca había estado tan enojado, tan humillado, mi amigo no me había dicho (después me enteré que el origen de la información era algo parecido a que: le habían dicho que otro, a su vez había dicho, que pensaba eso por que aquel le dijo eso un día, pero que no creía, pero que de todos modos como el otro decía, pues no fuera a ser que sí fuera cierto...un chisme). Alguien me preguntó qué traía. No estaban las cosas para explicar. Simplemente di la indicación y se me concedió el deseo. Quería buscarla y verle la cara cuando le reclamara a gritos lo que me habían dicho, quería que me dijera que no era cierto o por lo menos que nomás una vez (!!!), enterarme, tener otra razón más, desahogarme. Nadie me dijo: No, mañana ves eso, ahorita hay que agarrar el pedo y ya, no nos jodas la fiesta... solo me siguieron, en fila india, callados e intrigados por saber (el Niñote y el Doctor) qué traía y a dónde íbamos. Mientras les explicaba a estos dos, por que el Oscuro perfectamente sabía, el motivo de mi transformación colérica, la pelea mental entre neuronas contrarias se reanudaba y yo por teléfono llamaba como un loco, aprovechando cuantas veces me contestaba, para ir preparando el terreno: Quería que supiera que traía al diablo adentro.

Llegamos a donde yo sabía que estaba con sus amigas, otro antro: el "Plasma". Los míos, esperándome afuera, seguramente empezaban a cuestionarse solos o entre ellos, por qué habían dejado que este loco los sacara del festejo nomás por un coraje (aunque no estoy seguro por que cuando volví al carro con la noticia de que no la había encontrado, que ya no estaba ahí, nadie me confrontó ni cuestionó). ¡Vamos a su casa! di la indicación otra vez, el Niñote a su vez se la dio a su chofer y tomamos entonces, en silencio, rumbo al local de la desgracia por venir.

Desde la esquina vimos varios coches afuera de la casa. Apaga las luces dije, y se hizo. El chofer al volante, el Niñote de copiloto, el Doctor detrás del chofer, enmedio el Oscuro y yo atrás del Niñote. Aquí parate, yo me bajo. Pero hay gente ahi afuera, alguien dijo. No hay bronca, los voy a correr, ustedes espérense. En la puerta de la cochera me encontré a varios compañeros de la universidad, más amigos de ella que míos, tenía ella una formidable capacidad de socializar. Muy serio me dirigí a los varones y les pedí que se fueran. Me volvieron a hacer caso, tal como mi adorado trio (hasta parece que se hubieran puesto de acuerdo). De pronto, mientras se despedían de mi los que se iban, la reja eléctrica de la chochera se cierra. Timbro. Nadie contesta. Vuelvo a timbrar. Se asoma una amiga de ella, conocida mía. Le pido que me abra. Me dice que me espere. Sale el hermano de la que se asomó. Me saluda, lo saludo, me pregunta que si estoy tranquilo y le contesto que sí. Yo solo quería entrar y verle la cara, a mi nadie me tomaba el pelo. Me abren y entro como diablo. Dos parejas en la cocina, mas los hermanos que me abrieron y que ya se iban. Tres amigas más deambulando como perros de guarda por la sala y la sala de estar, me saludan y apenas las saludo de vuelta y con buena forma, seguido de un no con tan buena forma:
"Dónde está La que Colgó el Tacón?"

8 nov 2007


UNA DETALLADA EXPLICACIÓN DEL POR QUÉ DE MI TARDANZA ESTA VEZ, ESPERO SEA LO SUFICIENTEMENTE CLARA Y ORDINARIA...

Pánico escénico, pánico escénico POR que pánico escénico. He tratado de escribir pero pánico escénico cuando pánico escénico, entonces pienso, pero por qué pánico escénico y no encuentro ninguna razón. Pánico escénico y río, pánico escénico y muevo las piernas, pánico escénico y escribo, pánico escénico y corrijo y no me termina de gustar, solo pánico escénico. Panicoescénico-ocinécseocinaP. Tantas veces que lo he pensado y de todos modos pánico escénico, otras tantas que lo he contado y de todos modos pánico escénico. Ahora que lo pienso es posible que pánico escénico por que nunca lo había escrito, de cualquier forma pánico escénico, CULERO pánico escénico, pánico escénico, raro pánico en raro escenario, tal vez sea esa la razón del pánico escénico... no, para qué me hago? ya sé la razón del pánico escénico, ya la sé, ya la sé, aquí la digo, ya la sé, ya sé por qué el pánico escénico, ya séeeeee. Pánico de que escriba de más, pánico de que escriba de menos, pánico de que se me haya olvidado, pánico de verlo, pánico de que esta experiencia lo maximice, pánico de que lo minimice, pánico de mí, pánico de que quede mal, pánico de que se termine, pánico de que siga: Pánico escénico. Pánico escénico no me sirves para nada, pánico escénico no me inspiras más que pánico, pánico, pánico y más pánico, pánico escénico! Quiero sentarme por fin y terminar pero aparece el pánico escénico. Después sigue la caja, las fotos, las flores y lo que haya ahí... pánico escénico también? Pánico escénico, pánico, pánico, pánico, pánico, pánico, pánico...
PÁNICO ESCÉNICO,
Pánico al PUNTO F+I+N+A+L .